EL DETRAS DE CÁMARAS DEL CONCURSO LATINOAMERICANO DE CANTO LÍRICO EDICIÓN X

Como todos los años, el mes de Octubre se convierte en una fecha especial para los amantes de la ópera en Lima, gracias a las ediciones del concurso Latinoamericano Canto Lírico de Radio Filarmonía.

Hasta el 2021, gran número de estudiantes de ópera a nivel nacional y extranjeros con nacionalidad peruana se preparaban de la mejor manera para llegar listos a los días de competencia y vivir así la gran experiencia, y es que esta competencia es capaz de cambiarle la vida a los ganadores gracias a las oportunidades que nos brinda. Y digo «nos» porque quien escribe estas líneas es una de las cantantes peruanas afortunadas de ganar este certamen.טויס אר אס אופניים פרוזן  red leather shirt  parasoles quito  hp מדפסת פשוטה  הגה גז וברקס למחשב חנות צילום ופיתוח תמונות באזריאלי  adidasi leopard  casio rangeman gpr b1000 1ber  червило в ръчен багаж  nike w internationalist premium black black summit white  big ten tournament apparel  מתי אפשר לעשות טיפולי לייזר  חנות ריהוט גן געש  тример бош кауфланд  тръбна скара за домашни цели 

Mi nombre es Sara Sedano, soy soprano egresada de la Universidad Nacional de Música quien en el año 2019 obtuvo el primer puesto de la octava edición del concurso. Radio Filarmonía y esta competencia fueron la plataforma que necesité para seguir avanzando en mi carrera.
Ese día no solo gané un gran premio económico; sino que Filarmonía se convirtió en mi compañero fiel, que se encargó de apoyarme en todos mis proyectos, desde realizar conciertos pro-fondos para mis viajes, darme la facilidad de conseguir auditorios para mis audiciones internacionales y por supuesto publicar mis logros como solista en Europa.

Como lo dije, una vez que te «descubren» te ayudan a abrir puertas y así cambiarte la vida.
Este año 2022, para la décima edición, se vinieron cambios importantes, uno de ellos fue el convertir el Concurso Nacional a Latinoamericano, otro que los premios se hicieron más importantes, esta vez incluyeron contratos de trabajo en casas de ópera latinoamericanas y participaciones en concursos internacionales.

Todo esto no hizo más que animar mis ansias por que llegue octubre y convertirme en la espectadora número 1 de todos los días de competencia, sin embargo, como todo certamen que se convierte en internacional, traería algunas sorpresas.

Les comento, es natural que, en este tipo de concursos, las fases eliminatorias y la semifinal sean a puerta cerrada y solo la final sea abierta al público y esto no fue ajeno al Perú.

Días antes de la fecha de inicio me entero de estas restricciones sugeridas por el jurado internacional especializado y definitivamente no me podía quedar con las manos cruzadas. Tenía que estar ahí, y no solo porque quería escuchar las voces impresionantes que venían de Latinoamérica sino que como cantante, uno aprende muchísimo de ver a nuestros colegas en acción, desde cómo se paran en el escenario hasta la interpretación y sutilezas que utilizan en su canto para transmitir en un momento en el que absolutamente todo concursante está nervioso, tengas la experiencia o no, nuestro cuerpo, nuestra voz y nuestra mente atraviesan una variedad de situaciones complicadas y aun así buscan mostrar lo mejor de sí mismos.

Me comuniqué entonces con mi incondicional Grete Arce, jefa de relaciones públicas de Filarmonía y me ofrecí para ayudarla en el back stage con los concursantes. Grande fue mi alegría cuando ella muy gustosa respondió afirmativa a mi petición y empezó así mi gran vivencia del 2022.

Comienza el Concurso

Las eliminatorias se dieron el 19 y 20 de Octubre y la Semifinal el 21 de Octubre, todas estas fechas fueron a puerta cerrada. Me reencontré con colegas y amigos cantantes nacionales y conocí a muchos jóvenes talentos que venían desde Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile y México. Los peruanos venían desde Cuzco y Lima en su mayoría, teníamos como representantes a finalistas y ganadores de las ediciones nacionales de años pasados. Los representantes internacionales venían ya con grandes bagajes de conocimientos, sobre todo los participantes de México, grandes voces experimentadas en concursos internacionales y ganadores de los mismos, además de miembros de Óperas Studio allá.

Definitivamente lo que se venía sería grande, de un nivel nunca antes visto en Lima y que por supuesto iba a elevar el nivel de nuestros cantantes peruanos.

Me acuerdo estar sentada en el back stage viendo cada una de las interpretaciones en el escenario, pero además estaba muy atraída por lo siguiente; cada vez que uno de los participantes entraba a escenario, el cantante que seguía en la lista tenía que entrar al back stage y estar preparado para su turno. En ese momento derrepente todos pensarían que estaban sentados esperando que les toque cantar, pero nada más lejos de la realidad.

Cada concursante tenía su propio «ritual» algunos de ellos no hablaban, solo te hacían señas preguntándote sus inquietudes, ¿Por qué? Para no gastar la voz quizá.

Otros masticaban chicle minutos antes de entrar y cuando eran anunciados, los sacaban de la boca y los guardaban. ¿Y eso para qué? Seguramente para salivar, puesto que cuando uno está muy nervioso se seca la garganta y se nos imposibilita cantar con facilidad.

En su mayoría los mexicanos comían plátanos segundos antes de cantar, ellos lo hacían también para salivar y para ganar energía por el potasio y magnesio.

Algunas de las chicas se sacaba los tacos, ellas necesitaban contacto directo con el piso, me imagino para sentir la fuerza a tierra que todo cantante debe sentir cuando performa y otras de ellas hacían planchas y sentadillas.

Tengo que admitir que estaba maravillada de ver las diversas costumbres de cada cantante y los resultados que sus rituales hacían en su canto.
Fue sumamente difícil para los jurados elegir a los finalistas puesto que el nivel mostrado fue altísimo. Comenzaron aproximadamente 40 participantes y llegaron a la final 11, cualquiera de ellos ya listos para pisar escenarios profesionales.

Fueron 8 mexicanos y 3 peruanos. Los 11 con grandes corazones y mucha humildad se abrazaron tras ser anunciados y mostraron su orgullo por sus respectivos países. Un momento emotivo fue cuando los 8 mexicanos abrazaron a Luz Merlina Honorio, la única peruana que ese día se quedó hasta el momento de anunciar a los finalistas, dándole las fuerzas que necesitaba para representar bien a su país, nuestro Perú.

El día de la final

Llegó así el día de la final. Una vez más tuve la oportunidad de estar en el back stage, esta vez fue Pauline Barrón y Paula Roca Rey quienes me invitaron a ser parte del equipo de producción de la gran final del Concurso. Mi alegría fue mucho más grande, sabía que ese momento me traería grandes aprendizajes y momentos emotivos junto a mis colegas nacionales e internacionales, ya que pisé una final como esa años atrás, sé cómo se viven esos nervios pero esta vez iba a ser en el Gran Teatro Nacional, el escenario más importante de nuestro país y eso traía consigo una responsabilidad y emoción más grande para los finalistas de este año.

Los finalistas llegaron desde las 2:30 pm al teatro para empezar a alistarse. Las chicas iban maquillándose mientras que los chicos se relajaban conversando. Algunos de ellos fueron al escenario principal a probar la acústica, mientras otros repasaban sus piezas con los maestros pianistas.

Los sentimientos estaban a flor de piel, se veía en sus ojos que ese día era uno de los más importantes de su año, de su vida tal ves. Lo único que hice fue abrazarlos fuerte, darles ese calor que sé que necesitamos en momentos como esos, porque estamos a punto de enfrentarnos a un gran reto: Pararnos en el escenario, sabiendo que vamos a ser evaluados por un jurado que va a estar atento a nuestros aciertos y nuestras fallas pero sin que eso importe porque el objetivo principal es transmitir emociones al público a través de nuestro canto.

Antes de entrar al escenario, los cantantes buscaban su espacio a solas, para rezar o concentrarse a tal punto que se metían en ellos mismos y su personaje. La mayoría muy serios antes de ser anunciados pero a penas las luces tocaban sus rostros, una gran sonrisa aparecía, mucha altivez en su manera de caminar y una gran corporalidad se mostraba al plantarse en el centro del escenario y así empezaban a cantar.

Las expresiones de los cantantes tras finalizar su performance eran de una alegría absoluta y es que la adrenalina que se vive cuando se está cantando es fuertísima y esos segundos antes de acabar la pieza son indescriptibles. Es como si apenas terminara la última nota del aria, alzáramos un grito de GOOL silencioso porque logramos la meta.

Todos ellos cumplieron su cometido, conmovieron al público peruano que no paró de aplaudir y vibrar por cada una de las participaciones.

Paso siguiente, los jurados fueron a deliberar y nuestros amigos finalistas, mientras se abrazaban unos a otros, comían algo y se relajaban por fin, esperaron resultados.


Hasta que el momento llegó, los jurados estaban listos, los premios puestos sobre la mesa y los nervios volvieron a los concursantes, sus cuerpos temblorosos deseaban ya escuchar las buenas nuevas.

Sentí los nervios junto a ellos, no podía ser indiferente a lo que estaban sintiendo y grité: ¡Con todo chicos! Mientras hacía un pequeño clip de vídeo para recordar ese momento.

El resto es conocido por todos. Dos colegas mexicanos se llevaron los 2 primeros puestos, un barítono y una mezzosoprano respectivamente; a continuación una peruana se llevó el tercer puesto y el premio a la mejor cantante peruana de la competencia y finalmente otro amigo mexicano, esta vez tenor, se alzó con el 5to premio.

La experiencia en el back stage fue maravillosa, estoy convencida de que este año se vivió una competencia realmente hermosa. El gran nivel mostrado fue más que obvio, pero lo más resaltante para mí, fue sentir la calidad humana de los participantes y organizadores.

Este mundo de la ópera y los concursos no suelen ser el cuento de hadas para todos. A veces se vive lleno de alegrías y bendiciones, otras veces hay que lidiar con situaciones y personas difíciles, sin embargo este concurso y esta décima edición fueron lo que todo estudiante y/o profesional, que se anima a enfrentarse a un certamen de competencia, desearían vivir.

Finalizo este artículo agradeciendo la confianza depositada en mí, me encantó ser parte de esta temporada, apoyar a la organización del concurso y porsupuesto aprender tanto de mis colegas y amigos, mi admiración absoluta para todos ustedes.
Este será un gran recuerdo que definitivamente marcará mi año 2022.