TOSCA es la ópera donde más cruelmente las ilusiones son destrozadas por la realidad, engaños, deseos y traiciones se mezclan en una Roma oscura entre las emociones y anhelos de los tres protagonistas Floria Tosca, Mario Cavaradossi y Scarpia, destinados irremediablemente a un final trágico. La unidad de tiempo y espacio es esencial en la dramaturgia de Tosca, la acción se desarrolla en unas pocas horas, de la mañana del 17 al amanecer del 18 de junio de 1800, desde el “Angelus” que entona el Sacristán a la “ora quarta” de la cita de los amantes. Además los tres lugares de la acción están a poca distancia en la ciudad de Roma. A primera vista, Tosca puede parecer una ópera claramente verista, llena de momentos dramáticos, crueles, que no se esconden nunca al espectador: el asesinato, el suicidio o la tortura se entrelazan en escena creando una tensión áspera y realista. Sin embargo, muchos aspectos la diferencian, por ejemplo, de los dos paradigmas del verismo I Pagliacci de Leoncavallo y Cavalleria Rusticana de Mascagni. cacciaviti elettricista professionali amazon gångjärn för utomhusbruk bluedio u2 brooklyn nyc original jersey webcam brooklyn bridge pantacourt homme levis איך לחבר אוזניות לאקס בוקס מזוודות קשיחות קופון tablo soba שואב אבק דייסון v10 דגמין adidasi leopard haider maula mp3 tommy hilfiger обувь отзывы شروط التقديم بمعهد السكرتارية العسكرية للبنات 2019 marilyn monroe wallet phone case
TOSCA podría ser la ópera más verdiana de Puccini con sus diferencias, por supuesto. Tosca nos habla del poder, de la opresión del fuerte frente a la libertad. Como sucede frecuentemente en Verdi los acontecimientos históricos forman parte indisoluble del drama.
Vamos con su génesis. En 1882 empezó una colaboración estrecha entre la actriz Sarah Bernhardt y Victorien Sardou que escribió Fedora pensando en la divina; en 1884 fue el personaje de Theodora y el 24 de noviembre de 1887 creó la Tosca, estrenada París, en el Théâtre de la Porte de Saint-Martin. A penas dos semanas después del estreno de Edgard, el 14 de febrero de 1889 la gran Sarah Bernhardt llevó al Teatro Filodrammatica de Milán la obra “La Tosca” de Victorien Sardou; en la sala estaba Puccini. El joven compositor se dio cuenta enseguida de las posibilidades de poner en música esa dramática historia y escribió a su editor Ricordi “¡Pienso en Tosca!” pidiéndole que iniciara los pasos necesarios para obtener el permiso del autor. Los derechos, sin embargo, acabaron en manos de otro compositor, Alberto Franchetti, aunque brevemente, pues Ricordi acabó rechazando dicho contrato en favor de Puccini. Verdi también se interesó en el drama de Sardou, especialmente la escena del adiós a la vida de Mario, pero quería realizar cambios en el último acto. Puccini volvió a ver La Tosca en Florencia en 1895. Dado el gran interés mostrado por el compositor, se desconoce por qué creó antes a Manon y a Mimí de La Bohème. Parece ser que al libretista Giacosa no le gustaba la heroína de Sardou por favorecer demasiado la acción respecto a la poesía en el drama. El mismo Sardou, que aparece como coautor del libreto junto a Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, exigió la muerte de Tosca, algo que tanto Puccini, como Verdi, no querían. «La vuol morta a tutti i costi quella povera donna» (la quiere muerta a cualquier precio, pobre mujer) escribía Puccini a Ricordi en una carta del 13 de enero 1899. Del drama original se cortaron los actos segundo y tercero, omitiendo la fiesta por la derrota napoleónica y se redujeron los personajes a menos de la mitad. Curiosamente, el compositor deseaba cortar el aria “Vissi d’Arte” para dar más realismo y continuidad al segundo acto de la ópera, aria que finalmente resultó ser la más emblemática de la obra.
Curiosamente, en la obra de teatro de Sardou, Tosca se suicidaba cayendo en el Tíber, lo cual resultaba demasiado lejos de los muros del Castel Sant Angelo. El ambiente político en Italia al tiempo de su estreno, inicios del siglo XX, era tenso, había movimientos anarquistas, en contra de la monarquía o secesionistas. Roma no era una excepción, el Vaticano no apoyaba la creación del nuevo Reino de Italia. En ese clima de disturbios se estrenó Tosca el 14 de enero de 1900 en el Teatro Costanzi y no faltaron amenazas de atentados sobre aquella representación, dada la presencia de personalidades de la política italiana, entre ellas la Reina Marguerita o el Presidente del Consejo de ministros Luigi Pelloux. Al final, exceptuando ciertas voces discordantes en el teatro al inicio, la ópera se representó sin ningún problema.
El estreno no fue un éxito total, hubo manifestaciones en contra de parte de los seguidores de Mascagni y probablemente por mostrar ese retrato de la ciudad papal tan crudo que seguro incomodó a parte del público romano. Pero a partir de la segunda representación de las veintiuna que dio el Costanzi y hasta hoy en día, el público convirtió la ópera de Puccini en una de las más populares del repertorio. El estreno fue dirigido por Leopoldo Mugnone y los tres personajes principales fueron Hariclea Darclée representando a Floria Tosca; Emilio de Marchi a Mario Cavaradossi y Eugenio Giraldoni al Barón Scarpia. La crítica, como siempre pasó con Puccini, se dividía entre alabanzas por las piezas más logradas, destacando las tres arias “Recondita armonía”,” Vissi d’arte” y “E lucevan le stelle” y la atmósfera creada musicalmente por Puccini en el “Te Deum” o el principio del acto tercero con ese amanecer romano, aunque siempre hubo quien lo consideraba melodía fácil y popular indigna de aquel tiempo.
A la vez encontraban un exceso de brutalidad innecesaria, demasiado cruel y tácita, tortura, lascivia, un fusilamiento en escena, suicidio… Al final, como ocurre siempre, el público dijo la última palabra, llenando hasta hoy, cualquier sala de cualquier teatro donde se programe la ópera.
No te pierdas la transmisión radial del regreso de Tosca al Met de Nueva York el día sábado 8 de Abril a la 1 pm. Puedes escucharnos por los 108.7 Fm o vía online haciendo click en el siguiente link.